Inicio Política El ocaso sindical: Crónicas de una orfandad anunciada

El ocaso sindical: Crónicas de una orfandad anunciada

El ocaso sindical: Crónicas de una orfandad anunciada

El día después del que pretendía ser un día histórico para el movimiento sindical.

Lejos quedaron los tiempos de Rucci, Vandor, Tosco y Ubaldini, quienes supieron ser representantes en diferentes momentos históricos del movimiento sindical argentino. Personajes que destacaron por su representatividad y liderazgo, reflejadas en las largas columna de trabajadores que marchaban sin trastabillar, marcando el compás de una época convulsionada en la política argentina. Ahora, nos debemos conformar con los discursos monótonos y vacíos de Héctor Daer, que destacaran por su ausencia absoluta en los libros de oratoria venideros.

Hablamos del Ocaso Sindical, el momento de declive irreversible del movimiento sindical argentino tal como lo conocemos, el momento previo a la noche invernal más oscura que pasaran las organizaciones sindicales en materia de representación. Esto es inevitable analizarlo desde la primicia del significado de «PARO NACIONAL» un freno abrupto a la productividad de un país, llevado adelantes por los trabajadores organizados de toda la Nación, en búsqueda de un cambio político inmediato, la única organización capaz de llevar adelante tal evento en la República Argentina era la CGT (CONFEDERACIÓN GREMIAL DE LOS TRABAJADORES), monopolio que perdió el 24 de enero de 2024, cuando en un claro desprecio a la voluntad popular convoca a un paro en contra de un gobierno que lleva solamente menos de 50 días en el poder. Esta convocatoria brilla por la ausencia de masividad, clamor y necesidad popular.

Que más oscuro y frio que un líder sin liderazgo en un escenario histórico frente a una plaza vacía de convicción y lucha. En cambio, tuvimos una plaza formada por militantes de partidos políticos, que lejos de beneficiar a la organización sindical, terminan perjudicándola debido a la captación para intereses partidarios que ejercen haciendo una paupérrima exhibición de violencia social ante aquellos trabajadores que no acataron el llamamiento al paro. Los fríos abrazos de la dirigencia sindical con las pocas figuras de Unión por la Patria se unen a las hilarantes disputas familiares del clan Moyano por sus nulos reclamos al gobierno de Alberto Fernandez y su complicidad en deterioro del salario real de cada uno de los trabajadores.

El sindicalismo se ve obligado a buscar un padre que lo conduzca y los vuelva en columnar detrás de un nuevo y renovado movimiento obrero, que lejos esta de los años 30 y 40, que debe modernizarse a la realidad actual que nos exige cambios urgentes. Mientras sigan en luchas pasadas y glorias ajenas seguirán en este declive absoluto carentes de conducción y representatividad. Es hora de bajarse de las camionetas BMW y AUDI en las que se trasladan, dejar de ir a comités internos donde reina el lujo y el mal gusto, para comenzar a debatir enserio como mejorar el salario y aportar del lado que les toca lo necesario para volver hacer un país pujante en materia laboral.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí