
El Gobierno anunció que en enero pagará un bono de $55,000 a los jubilados que perciben el haber mínimo, elevando el piso de remuneración a alrededor de los $160,000, según fuentes oficiales. Esta medida busca compensar el impacto de la inflación y mejorar el poder adquisitivo de los beneficiarios, situando la remuneración mínima en un nivel más acorde con las necesidades económicas actuales.
El bono, que se espera que también se abone en febrero, estará sujeto a la aprobación del Congreso del capítulo de la Ley Ómnibus que suspende la actual fórmula de movilidad jubilatoria. Se argumenta que esta fórmula ha perdido de manera sistemática contra la inflación, y se buscará cambiarla a través de la derogación prevista en la Ley Ómnibus presentada recientemente.
La derogación de la actual fórmula de movilidad jubilatoria es el primer paso para implementar cambios en el sistema, y su proceso requerirá la aprobación del Parlamento. Mientras se trabaja en la elaboración de una nueva fórmula automática, el Gobierno planea establecer un esquema de aumentos mensuales discrecionales, vinculados a la inflación del mes anterior, como medida puente para evitar que los jubilados pierdan poder adquisitivo.
Con este anuncio, el Gobierno busca abordar las preocupaciones sobre la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados y mejorar su situación económica en medio de un contexto de inflación persistente. La medida refleja el compromiso del Ejecutivo en abordar los desafíos económicos que enfrenta la población de jubilados en Argentina.